Después de esperar casi una hora y media de cola para comprar mi billete en la estación de autobús, me subí en el Greyhound Express con destino a la Meca del Cine. El motivo es evidente: en las arcas del Camp Nou, la situación no es la mejor, así que Joan Laporta y los suyos han tenido que priorizar otros asuntos no tan faraónicos a nivel económico.