Con la llegada a la presidencia de Ramón Calderón, se contrata a Joan Plaza (2006-07, 2007-08, 2008-09) como una apuesta personal tras no lograr la contratación de otro técnico de más renombre. La crisis económica, de escala europea desde mediados del siglo XIV, afectó gravemente a Barcelona, que tuvo que recurrir a emisiones de deuda pública para financiarse: se emitieron títulos de rentas perpetuas (censals, con un interés del 7,14 %) o vitalicios (violaris, con un interés del 14,28 %), lo que, unido al descenso de los ingresos por impuestos municipales (del 84 % en 1359 al 34 % en 1414), provocó una grave recesión económica.