No puedo describir en palabras lo que supuso para mí llegar a camiseta inter aquel lugar. Sinceramente, estaba tan sobado que hice poco caso a lo que decía el señor conductor. Suponía subir el primer escalón de un largo viaje que se empezó a gestar 8 meses atrás pero que llevaba circulando por mi interior desde hacía muchos años. La mañana de lunes, tras una rutinaria comprobación de pasaporte, subí a un pequeño autobús con un conductor-guía que durante el trayecto nos iba explicando la utilidad de cada edificio por el que pasábamos.