Con el club de vuelta en la Segunda División y manteniendo un balance económico maltrecho, se avecinaba una aciaga época en la categoría de plata que había comenzado con el abandono de Pérez-Gascón de su cargo presidencial. Tras la descalificación de la selección checoslovaca por abandonar la final olímpica por la medalla de oro frente a la selección belga, se inició un torneo de consolación para dilucidar los ganadores de las medallas de plata y de bronce.