Sería además en las instalaciones de un colegio que llevaba años cerrado y que están remodelando con mucho esfuerzo, con la colaboración altruista del padre de un chico con autismo que es arquitecto. Aloma enumera los besos de verano e inventa las lenguas que compartió, así parece que solo te quedas con lo bueno, con lo de dentro de la golosina. Incluso cuando al chivarse han prevenido un accidente soltamos cosas como «gracias por avisar cariño, pero no seas tan chivatillo que no está bien».